· 1991
Anais do IV Congresso Brasileiro de História da Arte, realizado pelo Comitê Brasileiro de História da Arte, CBHA, realizado de 5 a 9 de novembro de 1990 na Universidade Federal do Rio Grande do Sul, e publicado pelo Instituto de Artes da UFRGS.
· 2019
Es posible que, por estos caminos de Dios, alguien se nos aparezca y - con cierto don de profecía - nos diga: "Tú eres hijo de las dos aguas". Más de una vez he tenido que vestir muñecas con intenciones folclóricas y, según las exigencias, el azul y el amarillo toman el protagónico. Mar y Río, Regla y Caridad... por esa cuerda se mueve la representación que nos da a entender lo dicho por el "profeta".De profecías no me propongo contar. Traigo una saga de personajes, conocidos ya o totalmente nuevos para quienes hojean mis páginas por vez primera. Podrán inferir ciertas cosas y descubrirán otras nuevas. Me las ingenio para contar un pedazo de la historia patria, esa que no se recoge en los volúmenes del sistema de enseñanza o en los medios de difusión, pero que la oralidad repite a diario. No me refiero a líderes o figuras archiconocidas... Me propongo recordar cómo ha sobrevivido este pueblo, gracias al ingenio y, en reiteradas ocasiones, sin derecho a decidir su destino para vencer los obstáculos. Justamente el prejuicio es el primer obstáculo de supervivencia.Todo tema tabú genera curiosidad. Muy pocos tienen la audacia de plantarse y decir a plena voz: "Por aquí. Lo mío es esto y no hay vuelta de hoja". ¿Qué es ser buena o mala hoja? Les dejo como tarea esta frase idiomática nacida del pueblo alrededor de veinticinco años atrás. Va más allá de la dualidad de colores que muestran la Yagruma o el Caimito. No justifico, tampoco condeno, ni apruebo a los que - como el caimito - poseen dos caras y prefieren nadar entre dos aguas. Hay quien tiene la virtud de hacerlo y logra llegar a puerto seguro. Otros, creyéndose listos, perecen en el punto donde río y mar se vuelven uno solo. Quizás, por ser transparente como una hoja de álamo cuando toca la tierra y se descompone, me he cerrado más puertas de la cuenta. No me arrepiento, así soy yo: una Luz Marina Romaguera de Tercer Milenio.El autor
· 2019
La soledad es una bendición para un artista, intentando organizar sus ideas. Se ve como castigo al dispararse la cuenta telefónica. Simple: una persona puede estar rodeada de conocidos y no tener con quién discutir un tema inteligente o sustancial. Hay quienes sienten el orgullo de ser autosuficientes, no precisan de otros para salir adelante. En cambio, existen quienes no dejan de dar tropiezos: necesitan un beso de buenas noches, al menos, comprado. El uno, como el Misterio de la Trinidad, precisa de tres letras. La una, como hora de un reloj indetenible, envejece por segundos y está tan sola... que extraña la presencia de un marido, de una mujer o de un amante (sin reparar en el género o la edad).
No image available
· 2019
Alternando la típica narrativa con el género epistolar, doce piezas plasman el posible mundo gay en una isla prisionera por las aguas. Cual Virgen de las Mercedes, capaz de liberar a los cautivos, los personajes de estas historias rompen cadenas y barreras de todo tipo hasta ganarse un puesto en el entorno social. Nada de seres perfectos, todo lo contrario: diestros o torpes, ingenuos y oportunistas, tercos o certeros, galanes y villanos. Hay de todo en esta fauna con el plumaje a flor de piel, o subyacente, bajo la epidermis moral. Narraciones que, escritas de un plumazo, nos harán reír, llorar y... lo más importante: pensar.